sábado, 2 de noviembre de 2013

Miedo

Sin darme cuenta
las rayas negras de un tigre me atraviesan
y las amarillas hierven
secando el calor en las venas,
la sangre congelada en rodajas
aplasta en las sienes,
los brazos se erizan en cabellos encabritados
cual lanzas dispuestas al degüello,
eléctricas serpientes
disparan febriles todos los nervios
en un cuerpo tenso y pétreo,
entera vida detenida
que en un instante que no suspira
explota
y la sangre que ataca estalla
vencida por el miedo agazapado
de la que nunca fue indefensa víctima.

Temí
como la fiera que fui
y maté
por no morir
otro atardecer.

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