Hoy la forma de las letras
es distinta.
Le dije a Blogger ¡Cámbialas!
Obedeció.
Sin esperas,
sin tonterías.
Te diría que se encendió
alguna lámpara
detrás de mis pupilas.
Mentiría.
Empezaban a cansarme
y las cambié.
No dudo otros cambalaches,
sin prisa,
cuando cuadre.
Pienso en el color de las letras.
En manchas rojas,
de sangre,
como de hambre
porque se te seca la boca.
También en Picotea.
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