Amigos que duelen,
hierve en las pieles el vinagre
de la amistad que se tienen,
ayuda de amistades.
El fango se lame,
el tiempo sucede
y se evapora la sangre.
Las lenguas húmedas y calientes
roen ásperas,
aran, encallan,
vuelven el vinagre en seda suave,
el dolor leve se hace,
la boca calmante se disfruta
y al final desaparece la tortura
y el daño se borra.
Ni el recuerdo sobra,
el recuerdo ahora place.
Boca amiga,
dos sonrisas.
Una sonrisa tuya
y la mía.
Y las palabras que saludan.
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