La luz del paseo se refleja en el mar.
Dos luces por farola,
algún reloj vertical,
en las ventanas apagadas
silencio de la oscuridad salada que suena,
un malecón reflejado en el dibujar de las olas
muertas en la arena.
La marea está baja.
Ayer explotaba el agua en la pleamar
y las luces, abstractas y titilantes,
no dejaban de pintarse
en la oscuridad de la sal.
Vibrante, cada noche un nuevo lienzo se hace
en mi Zarautz natal.
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