Quizás fueron estas las palabras.
Jesús lo miró con amor y le dijo
"Te queda una cosa por hacer: anda, vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme llevando la cruz".
A estas palabras, aquel hombre frunció el ceño y se marchó entristecido pues tenía muchos bienes.
Hasta aquí estaba dicho
y dicho otra vez.
Marcos lo dejó escrito
recordando el verbo del rey Jesús.
¿Hay lección que aprender?
Hoy es muy repetida
la tristeza del bien,
dar uno es lágrima viva,
parte la vida dar diez.
En la iglesia el comercio.
Grandes catedrales vacías de pobres,
llenas de aire.
Una iglesia blanca y donostiarra
me duele en el alma,
cercana en el espacio y en el tiempo
para poco feligrés demasiado templo.
En el siglo veintiuno enorme santuario.
¡Tanto espacio!
¡Vacío espacio!
Vacío espacio encima del comercio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario