ya no hay billete
y si lo hay yo no lo uso,
uso una tarjeta que no es electrónica
en una máquina sin boca
y afónica,
pero que funciona como si lo fuera,
con electrones que se transmitieran
o algo que se le parece mucho,
que ya me entero poco de estas cosas
tan modernas.
¡Lo que hay que ver!
Aprender.
Mi tarjeta es el billete
y con ella, sin llevar dinero encima,
me cobran,
parece una maravilla.
Ha pasado la revisora
y con una maquinita que sí es electrónica
revisa que pasé mi tarjeta por la máquina
expendedora
que no expende nada.Casi me da la risa
mientras, tontito,
escribo estas palabras.
Viajo a la moda, para mí el último grito.
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