domingo, 25 de diciembre de 2011

La prensa en España

La calidad de la prensa en España
es barata, reducida es su calaña.
Solo hay que ver un poco la televisión,
sin necesidad de mirar,
y ya ves qué se cuece,
periodismo de investigación
de ese que sorprende.
¿Calidad?
¿Formalidad?
¿Honestidad?
Puedes aprender
el número de letras que hierven
en el plato de sopa caliente
de la persona de mayor fama
y menor mérito
de todas las españas,
o la más culta palabra
del último superviviente.
Eso es la tele.
Y ese es su crédito.
Es la cultura de nuestras letras hispanas
y el derroche aventurero
que nuestros corresponsales más señeros
prodigan en sus crónicas de la vida.
La prensa escrita
no le va a la zaga,
muchas veces la aventaja
con novedosas iniciativas.
Acabo de leer
en un diario para mí desconocido
un célebre título harto manido.
"El candelabro".
Ya lo he escrito en otras ocasiones,
"Sofía Mazagatos,
maestra de cronistas y redactores".
Y qué decir de la veracidad de las noticias
o de la honestidad de nuestros periodistas.
Tanto me impresiona la prensa española
que las palabras se me agotan.
Leed malditos, escuchad y ved.
¡En qué habremos pecado tanto
para estar tan pulcramente informados!
La culpa es mía, me dirá un tertuliano.
¡Puede ser!

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