Una flor urbana riega las miradas.
Deja la ciudad de ser solo masa
y se bañan los ojos en un nido
que de repente en quieto grito
se exhibe en mundo tan lindo,
siendo solo naturaleza y gracia.
Ciudad afuera,
en donde el aire suena
sin que las paredes lo alteren
todo es como si se negara la muerte,
incluso un puñado de tierra
es un trozo de belleza.
Las gotas de agua suenan y hablan
si suave llueve o diluvia fuerte.
Es la vida entera
que no deja de ser bella,
vida que no calla,
naturaleza y sus palabras.
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