Cristal de agua que desciende
desde el iris de tus cielos
en ríos de amor que hierven
hasta la fuente de tus besos,
mientras la sonrisa del niño se aparta
tu lengua asoma y bebe,
tus labios vuelven a beber
el rostro de niño, ahora, después,
beso eterno de corazón eterno,
el cristal vuelve a descender,
la lengua a beber,
detenido tiempo.
Madre, con tus besos
son tus ojos fuente de los versos
en lágrimas de mujer.
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