Zampa como una niña
en el útero de la madre,
zampa todo lo que pilla.
Empieza con la ensalada
o empieza con la carne,
no le importa nada
que no sea el zampar.
Dice que es para alimentarse,
yo creo que no puede parar
mientras ve la comida
encima de la mesa.
Al menos eso es lo que a mí me pasa
cuando estoy en plena faena,
mientras cace la vista
algún que otro manjar
es cosa del paladar
pedir con avaricia
hasta que no queda más.
Escribía de otro
pensando en mí solo.
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