Ya está la comida
esperando a ser repartida,
la repartimos para ti
y para el banco
y el cuento se ha acabado.
Siempre es así.
Tú eres algo pulpo,
el banco lo es demasiado.
¡Para qué engañarnos!
Los dos lo sois mucho.
La comida ni cocinada,
toda para vosotros,
toda congelada
y desaprovechada.
Podríais dejar que comamos todos
pero eso del compartir
no es para el banco ni para ti.
A mí no me pongas como escusa
que son cosas tuyas y de la usura.
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